18 de diciembre de 2006

Latinoamérica está viva*

Pueblos nativos del suelo mío
están viciados y confundidos.

“Por la siniestra garra de la madre perra
que orgullosa festeja quinientos años
de haber llegado con sus carabelas.

“A succionarnos, a imponernos fe,
estrechos dogmas de su infernal sed.
De ese castigo debes zafar,
toma revancha América”

Ricardo Iorio, La revancha de América (1991)


Latinoamérica está viva. Porque a pesar del asesinato sitemático y masivo de sus pobladores originarios, a pesar de la desaparición de sus culturas, que supieron conservar un armónico equilibrio ecológico y social, a pesar de la violenta imposición de miserias e injusticias, a pesar de la subordinación dependiente e imperialista, a pesar de las dictaduras, de las ocupaciones, de los bombardeos y de los campos de concentración… A pesar de todo esto, Latinoamérica tiene sospechas de un destino diferente.

No es sino eso lo que da motivo para festejar, para la alegría: el hecho de que podamos odiar —el odio, otro gran y noble sentimiento humano— nuestro presente, nuestras miserias, nuestra decadencia, nuestras condiciones de sometimiento, lo que somos hoy y así… Y que en ese odio, en ese dolor, haya vida. Está allí la alegría de nuestro destino común y de una promesa de revancha.

Pero claro, una cosa es apasionarse con nuestra liberación como proyecto común, con nuestra fe en un destino superador, de unidad, de poder y de dignidad, del que todos formemos parte con nuestro esfuerzo compartido, con nuestras renuncias personales y colectivas; y otra cosa es la nefasta alegría del estúpido que no se reconoce en su condición de inferioridad, o del egoísta que no reacciona y se hace cómplice de ella...

***

(*) Vamos a esbozar ahora una reflexión sobre algunas alegrías posibles de los pueblos, de un pueblo; reflexión relacionada con lo que dijimos en el texto anterior. Éste y aquél pueden leerse seguidamente, aunque el primero no se limite ni se derive linealmente del segundo, ni ocurra tampoco al revés. Quizás no se trate más que un desglose de lo general y lo particular. Quizás... ¡quién sabe!

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