13 de marzo de 2006

Una concepción ontológica

"Siempre llega mi mano
más tarde que otra mano que se mezcla a la mía
y forman una mano",
Oliverio Girondo, Dicotomía incruenta.

Tres elementos componen el universo: el sentimiento, la intelección y la acción. Todo lo que existe, todo lo que es, es y existe por la presencia de estos tres elementos. De su combinación resulta el carácter particular de un hecho completo y distinguido dentro de la infinita inmensidad del universo.
Han de revelarse como angustia cuando la infinidad de combinaciones posibles constituyen la base tan sólo de una dispersión atómica, sin sentido y sin razón. El resultado será la intrascendencia y la impotencia, el egoísmo del sentir limitado y el pensar contraído, la eterna autorreferencia desde la inacción.
Entonces, ¿cómo surge, desde el caos originario, el ser?
Cuando se consuma una combinación equilibrada entre los elementos que componen todo lo existente, otro es el resultado. Se sostienen las razones sólo si se apoyan en pasión. Y es la vitalidad del sentimiento la que debe mover al pensamiento profundo, reflexivo, amplio, que permita orientar la acción en y hacia la realización del ser.
Desde adentro del caos instante originario-mítico e infinitamente finito en el que por única vez se halla el sentimiento solo, sin intelección ni acción—, impulsos, fuerzas, tensiones, conmociones, sentidos y rumbos múltiples, únicos, contrarios, armónicos, enfrentados, convergentes, opuestos y acordes, se unen y son por la acción, cuyo signo emblema son las manos, su soporte corporal. Porque es la acción la que define, antes que las palabras, antes que el puro pensamiento, antes que la elaboración del deseo, antes que la intelección. Por la acción, y no sin ella, el todo cobra sentido en la unión de la diversidad, como en un rito, transformando las identidades, las ideas, las pasiones y el universo al fin, en hecho. El hecho del ser trascendente, en común unidad, por la acción.
Lo que define al ser, lo que le da sentido, lo soporta, lo reproduce, es la acción. La acción de realizarse, para bien o para mal, como por maldición providencial… Y a pesar de todo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Este comentario alberga en su seno la mirada nostalgica del comienzo, y nos recuerda que queda "mucho por hacer". Salud.